lunes, 2 de marzo de 2009

Galicia acaba con el bipartito y devuelve el poder al PP


Los gallegos han dicho no a la deriva nacionalista. El modelo de los gobiernos de coalición entre nacionalismo y socialistas ha sido rechazado claramente por los gallegos, que han dado una lección de sensatez y responsabilidad de la que el resto de España debería tomar ejemplo. Los votantes han apostado por la vuelta del PP a la Xunta, pero ante todo se han negado a imitar los pasos hacía la ruptura de la cohesión nacional seguidos en Cataluña y Vascongadas, que la continuidad de BNG y PSdG en el poder representaban. Ambas formaciones pierden un escaño (BNG 12, PSdG 24) y el PP gana dos (39) y una mayoría absoluta holgada.

Pero además la alta participación del 70′4%, que supone una cifra histórica en una región tradicionalmente abstencionista y el mayor porcentaje de participación en unos comicios autonómicos gallegos, hace que la derrota de socialistas y nacionalistas adquiera especial relevancia. Pese a los alegatos de Quintana, Blanco o Touriño advirtiendo que la abstención beneficiaba a Feijoo, lo cierto es que los gallegos han acudido a votar en masa para huir del radicalismo nacionalista y de los experimentos socialistas.

Los votantes han castigado los despilfarros de nuevo rico de Emilio Pérez Touriño y el amiguismo empresarial que en la adjudicación de la tarta de la energía eólica empleó la Xunta como criterio para la resolución del concurso público más voluminoso de la historia de Galicia. Entre los adjudicatarios figura el constructor Jacinto Rey, protagonista de las polémicas fotos con Anxo Quintana en su yate, que vio aprobados un total de 142 megavatios por parte de la mesa de valoración que realizó la criba final del concurso.

Tampoco los gallegos han respaldado la política de inmersión lingüística que el bipartito copió de Cataluña y que ha sido la principal apuesta de corte nítidamente nacionalista del BNG en estos casi 4 años de gobierno. El hundimiento del BNG en las principales ciudades gallegas Santiago de Compostela ( 21,1 % en 2005 frente al 16,5 % en 2009), La Coruña (21.46 % frente al 14.04 %), Ferrol (17,57 % frente al 11,51 %), Orense (21,67 % frente al 14,78 %), Pontevedra (19, 78 % frente al 16.66 %) y Vigo (20,2 % frente a 17,4 % ), revelan un rechazo hacía estas políticas nacionalistas radicales, especialmente tras la manifestación de Galicia Bilingüe y las escenas de kale borroka protagonizadas por los independentistas en Santiago.

Los resultados sumen tanto a PSdG como BNG en una grave crisis, que confirma que el PP es el gran dominador de la escena política gallega, a diferencia de Vascongadas UPyD apenas ha tenido una presencia testimonial, y Feijoo tiene ante sí la posibilidad de abrir un nuevo ciclo. Si ha conseguido obtener mayoría absoluta en su debut desde la oposición, desde el gobierno sin duda no es descabellado pensar en la hegemonía del PP por largos años. Una hegemonía que esperemos sea empleada en potenciar valores y principios. El Prestige marcó el inicio del ocaso de los populares a nivel nacional ¿marcara Galicia también ahora su renacimiento en España?

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